Los flujos financieros ilícitos son los movimientos de dinero entre países cuya fuente (p. ej., corrupción o contrabando), transferencia (p. ej., evasión fiscal) o uso (p. ej., financiamiento del terrorismo) es ilegal.
Durante décadas, el papel del FMI en los esfuerzos internacionales por combatir estas transferencias opacas, y a menudo desestabilizadoras, ha sido fundamental. Asimismo, desde hace tiempo, al FMI le preocupan los flujos que no son estrictamente ilegales, pero que se asocian a la elusión fiscal.
Por su naturaleza, resulta difícil medir los ITAFF, dada la ilegalidad y opacidad asociada con algunos de estos flujos, su transferencia entre países y la falta de transparencia de las actividades que las sustentan. Muchos de estos flujos se generan mediante actividades que se consideran delitos financieros en el contexto de la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo (ALD/LFT). Los intentos por medir los ITAFF se basan en métodos indirectos, por lo que las estimaciones suelen ser aproximaciones y en ocasiones incorrectas. No obstante, la evidencia sugiere que estos flujos podrían ser sustanciales.
Última actualización en Septiembre de 2022