El objetivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) es lograr un crecimiento y una prosperidad sostenibles para cada uno de sus 191 países miembros. Con esa finalidad, respalda políticas económicas que promueven la estabilidad financiera y la cooperación monetaria, que son esenciales para la productividad, la creación de puestos de trabajo y el bienestar económico. El FMI es administrado por los países miembros, a los cuales les rinde cuentas.
El FMI tiene tres misiones críticas: promover la cooperación monetaria internacional, alentar la expansión del comercio internacional y del crecimiento económico, y desalentar políticas que vayan en perjuicio de la prosperidad. Para cumplirlas, los países miembros colaboran entre sí con otros organismos internacionales a fin de mejorar la vida de la población.
El FMI promueve la estabilidad financiera internacional mediante las siguientes vías:
El FMI utiliza la supervisión para mantener la estabilidad y prevenir crisis en el sistema monetario internacional. Se trata de un diálogo regular que mantiene con los gobiernos de los países miembros para evaluar las condiciones económicas y recomendar políticas que permitan un crecimiento sostenible. A través de la supervisión, el FMI también hace un seguimiento de la evolución económica y financiera regional y mundial.
Proporcionar préstamos y asistencia financiera en términos concesionarios a los países miembros que sufren problemas de balanza de pagos o están expuestos a ellos es una de las principales funciones del FMI.
El FMI ofrece fortalecimiento de las capacidades, que consiste en asistencia técnica y capacitación de funcionarios públicos para ayudar a los países miembros a afianzar las estadísticas y las instituciones económicas, así como las capacidades en ámbitos como tributación y administración, gestión del gasto, políticas monetarias y cambiarias, supervisión y regulación del sistema financiero, y marcos legislativos. Además, proporciona asesoramiento a los países miembros sobre políticas que apuntan a fomentar la estabilidad económica, reducir la vulnerabilidad a crisis económicas y financieras, y mejorar los niveles de vida.
La pandemia y los shocks económicos que la siguieron incrementaron la demanda de asistencia financiera por parte de los miembros. El FMI respondió ampliando provisionalmente el acceso global a los fondos y a financiamiento de emergencia. Prolongó los préstamos en condiciones concesionarias sin intereses y fijó en cero, a título permanente, la tasa de interés aplicada al financiamiento de emergencia.
La asistencia financiera proporcionada por el FMI durante la pandemia se describe aquí.
El FMI emite un activo de reserva internacional conocido como Derechos Especiales de Giro, que puede complementar los activos de reserva de los países miembros. Las asignaciones mundiales totales rondan actualmente en DEG 204.200 millones, o USD 293.000 millones. Los miembros del FMI también pueden realizar entre sí intercambios voluntarios de DEG por monedas.
Los fondos del FMI provienen de tres fuentes: las cuotas de los miembros, los acuerdos de crédito y los acuerdos bilaterales de préstamo.
El FMI rinde cuentas a los gobiernos de los países miembros. La instancia máxima en la estructura organizativa es la Junta de Gobernadores, que está integrada por un gobernador y un gobernador suplente por cada país miembro, generalmente la cúpula del banco central o del ministerio de Hacienda. La Junta de Gobernadores se reúne una vez al año en ocasión de las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial. Los 25 gobernadores que conforman el Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI) asesoran al Directorio Ejecutivo del FMI.
Las operaciones cotidianas del FMI son supervisadas por el Directorio Ejecutivo, que tiene 25 miembros y representa a todos los países miembros; esta labor es respaldada por el personal del FMI. La Directora Gerente es la jefa del personal técnico del FMI, preside el Directorio Ejecutivo y cuenta con la asistencia de cuatro subdirectores gerentes.
La idea de crear el FMI se planteó en julio de 1944 en una conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Bretton Woods, cuando los representantes de 44 países acordaron establecer un marco de cooperación económica internacional destinado a evitar que se repitieran las devaluaciones cambiarias monetarias que contribuyeron a provocar la Gran Depresión de los años treinta.
octubre de 2024
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