La transparencia fiscal —la exhaustividad, claridad, fiabilidad y puntualidad en la presentación de informes públicos sobre el estado de las finanzas públicas— es crucial para la gestión y la rendición de cuentas en el ámbito fiscal. Permite a los gobiernos tener una visión fidedigna de sus finanzas a la hora de tomar decisiones de índole económica, como los costos y beneficios de variar las políticas y los posibles riesgos para las finanzas públicas. Igualmente, proporciona al poder legislativo, los mercados y los ciudadanos la información que necesitan para exigir cuentas a los gobiernos. Además, una mayor transparencia fiscal permite reforzar la credibilidad de los planes fiscales de un país y puede ayudar a sostener la confianza en los mercados y la percepción de estos sobre la solvencia fiscal.
La transparencia fiscal ayuda a los gobiernos a ofrecer un panorama completo de la situación fiscal y sus perspectivas, incluidos los posibles riesgos fiscales. Al señalar los riesgos para la situación de las finanzas públicas y las perspectivas fiscales, el FMI fomenta una respuesta oportuna y fluida a las cambiantes condiciones económicas, reduciendo así la incidencia y gravedad de las crisis, y promoviendo la estabilidad económica y financiera.
El Código de Transparencia Fiscal del FMI es la norma internacional utilizada para declarar información sobre finanzas públicas. Sirve de fundamento y orientación a las prácticas de transparencia de los países miembros del FMI y es la base de la evaluación de la transparencia fiscal, que ayuda a los países miembros a fortalecer la vigilancia, la rendición de cuentas y la gestión en el ámbito fiscal.
El Código de Transparencia Fiscal del FMI tiene en cuenta diferentes niveles de capacidad de los países y distingue entre prácticas básicas, buenas y avanzadas en relación con los cuatro pilares de la transparencia fiscal:
1. La presentación de informes fiscales debe proporcionar información pertinente, exhaustiva, puntual y fiable sobre la situación financiera y el desempeño del gobierno.
2. Los pronósticos y presupuestos fiscales deben enunciar claramente los objetivos presupuestarios y planes de políticas del gobierno, así como presentar proyecciones exhaustivas, puntuales y creíbles de las finanzas públicas.
3. El análisis y gestión del riesgo fiscal debe velar por que se divulguen, analicen y gestionen los riesgos para las finanzas públicas, y por que se asegure una coordinación eficaz de la toma de decisiones fiscales en todo el sector público.
4. La gestión de ingresos fiscales generados por los recursos naturales debe ofrecer un marco transparente en materia de titularidad, contratación, tributación y utilización de recursos naturales.
En el volumen 1 del Manual de Transparencia Fiscal del FMI se describen los tres primeros pilares. Asimismo, se ofrecen orientaciones prácticas para su aplicación, junto con ejemplos de prácticas de todo el mundo. El volumen 2, dedicado a los recursos naturales, se publicará próximamente.
Las evaluaciones de la transparencia fiscal son la principal herramienta de diagnóstico del FMI en este ámbito. Se trata de ejercicios voluntarios que se llevan a cabo cuando un país miembro del FMI lo solicita. Las evaluaciones de la transparencia fiscal proporcionan a los países una evaluación exhaustiva de sus prácticas de transparencia fiscal, contrastándolas con las normas establecidas por el Código de Transparencia Fiscal. Esas evaluaciones pueden abarcar los cuatro pilares o solo algunos de ellos; de esta forma, los países pueden adaptar las evaluaciones a áreas de interés específico. Los países que llevan a cabo estos ejercicios reciben los resultados del análisis sobre la amplitud y las fuentes de vulnerabilidad fiscal, un resumen de los puntos fuertes en materia de transparencia fiscal, y sugerencias para resolver las posibles deficiencias en este ámbito.
Hasta la fecha, se han realizado evaluaciones de la transparencia fiscal en más de 38 países de regiones y niveles de ingreso muy distintos, y ya hay planificadas varias más.
