El ejercicio de alerta anticipada es un estudio que el FMI y el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) llevan a cabo dos veces al año sobre los riesgos poco probables de alto impacto que pueden afectar a la economía mundial, también conocidos como riesgos extremos o riesgos de cola. Este proceso se creó en 2008 cuando el G20 pidió a ambas instituciones que crearan conjuntamente un ejercicio de alerta temprana para ayudar a las autoridades a detectar posibles riesgos extremos y vulnerabilidades que podrían ocasionar más shocks sistémicos.
El ejercicio de alerta anticipada examina los riesgos improbables pero posibles que exigirían recomendar políticas adicionales a las relacionadas con las proyecciones de referencia presentadas por el FMI en Perspectivas de la economía mundial, el Informe sobre la estabilidad financiera mundial, y el Monitor Fiscal. Este ejercicio no pretende predecir crisis. Por el contrario, su objetivo es detectar las vulnerabilidades que podrían precipitar crisis sistémicas y establecer políticas de mitigación de riesgos, incluidas aquellas políticas que requerirían de cooperación internacional.
El ejercicio de alerta anticipada se basa en trabajos analíticos, información de mercado y opiniones de expertos, e incluye información específica sobre cada país y los mercados recopilada durante las actividades de supervisión y resolución de crisis que realiza habitualmente el FMI, así como en las consultas con participantes en el mercado y representantes del mundo académico.