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La globalización, el alivio de la deuda y la reforma del FMI:
Algunas preguntas y respuestas

Del personal del FMI

abril 2000

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I Alivio de la deuda e Iniciativa para los PPME
II Globalización
III Políticas del FMI y reducción de la pobreza
IV Papel y reforma del FMI


I. Alivio de la deuda e Iniciativa para los ppme

1. Existe entre el público un gran apoyo a la remisión de la deuda de los países pobres más endeudados. ¿Por qué el FMI (y con él el Banco Mundial y el resto de la comunidad internacional) no cancelan lisa y llanamente la totalidad de las deudas de estos países?

El FMI apoya firmemente la idea de ofrecer a los países más pobres un generoso alivio de la deuda siempre que se enmarque en una estrategia viable de mejoramiento de las condiciones de vida. La reducción de la deuda por sí sola no puede reducir la pobreza: ésta existía antes de la deuda, y la utilización de los recursos liberados por el alivio de la deuda para financiar gastos improductivos sería un derroche que de ningún modo beneficiaría a los pobres. El FMI procura ayudar a los países a poner en práctica políticas que permitan que la reducción de la deuda redunde en beneficio de los pobres.

Muchos países de bajo ingreso se ven asolados por el peso incontrolable de la deuda y por una pobreza devastadora. El alivio o la cancelación de la deuda debería formar parte de los esfuerzos encaminados a aliviar esta pobreza. Estos esfuerzos sólo serán fructíferos si están acompañados de políticas adecuadas en los propios países y en los países donantes, por ejemplo, mediante concesiones comerciales y nuevos aportes de ayuda.

Incluso antes de que se estableciera la Iniciativa para los países pobres muy endeudados (PPME), en 1996, los países de bajo ingreso ya podían acogerse al alivio de la deuda en condiciones concesionarias que ofrecían sus acreedores en el marco del mecanismo en vigor, el Club de París. Mediante la modalidad inicial de la Iniciativa para los PPME se ofreció un mayor alivio, que se hizo extensivo a la deuda con los organismos multilaterales (el Banco Mundial, el FMI y los bancos de desarrollo regionales). En 1999 se reforzó esta Iniciativa, que se convirtió así en un mecanismo orientado a proporcionar un alivio más rápido y amplio a un mayor número de países.

El FMI desempeña un papel central en la Iniciativa para los PPME y celebra el ofrecimiento de varios acreedores de anular el total de las deudas de los PPME. No obstante, la cancelación pura y simple de toda la deuda (incluida la contraída con el FMI y otros acreedores multilaterales) plantea problemas complejos:

  • La reducción o cancelación de la deuda, cualquiera sea su alcance, sólo ofrece un alivio temporal, a menos que se adopten medidas para mejorar la situación que originó el problema. Se requiere adoptar un enfoque global que estimule un crecimiento rápido y duradero y ayude a reducir la pobreza. Un enfoque de este tipo exige esfuerzos de los propios países, a través de la reforma de sus políticas, y del resto del mundo, por medio de concesiones comerciales por parte de las economías avanzadas y de nuevos aportes de asistencia externa y alivio de la deuda.

  • No sería justo que el FMI y los demás acreedores multilaterales anularan la deuda de un grupo de países pobres y no hicieran nada por otros países igualmente pobres pero que pueden hacer frente a su deuda debido a que han aplicado políticas adecuadas. Además, no existe ninguna certeza de que la cancelación total de la deuda dé lugar a un aumento de los flujos netos de ayuda y de otras formas de financiamiento. Lo que se necesita es aumentar los flujos de ayuda y orientarlos mejor para que respalden las estrategias de crecimiento y lucha contra la pobreza que formulen los propios países.

  • Debe evitarse que el costo financiero del alivio de la deuda comprometa el aporte a los PPME y a otros países pobres de los nuevos recursos financieros que tanta falta les hacen. El FMI debe actuar con la mayor integridad financiera. El costo de su participación en la Iniciativa para los PPME se financiará con las utilidades generadas por la venta directa de oro y con las contribuciones efectuadas por más de 93 países. El FMI no dispone de los medios para anular sin más un monto más elevado de deudas sin comprometer su capacidad para otorgar préstamos a otros países que los necesitan. Para ello sería preciso que las economías avanzadas comprometieran un monto considerable de recursos adicionales, pero estas economías se ven ante limitaciones presupuestarias, como queda reflejado en la reducción de la asistencia oficial para el desarrollo ofrecida por estos países en los últimos años.

II. Globalización

2. ¿Cómo responden ustedes a la acusación de que la globalización engendra desigualdad, al crear empleos para un pequeño número de privilegiados en las economías avanzadas y permitir a la vez que las empresas multinacionales exploten a los grupos peor remunerados de los países más pobres?

La globalización da lugar al crecimiento económico y al aumento de los ingresos. Jamás país alguno se ha beneficiado aplicando una política de aislamiento, y los países más prósperos son los que han optado por la globalización, y por las políticas que aseguran que ésta se desarrolle adecuadamente. La apertura al exterior ha aportado dinamismo y prosperidad a un gran número de países del este y sudeste asiático. La experiencia de estos países muestra que la globalización ofrece amplias posibilidades de lograr un desarrollo auténticamente universal. Pero es evidente que este proceso no está avanzando al mismo ritmo en todos los países, y los que se están integrando con más lentitud también registran un crecimiento más lento y mayores índices de pobreza.

Una de las causas fundamentales de que se haya agravado la desigualdad entre los países—algunos de los cuales están en una situación sumamente próspera mientras que otros están sumidos en la pobreza—es la resistencia que han opuesto muchos países a la globalización y a las políticas necesarias para aprovechar los beneficios que ésta ofrece. En los años setenta y ochenta, cuando muchos países de América Latina y África aplicaron políticas orientadas al sector interno, su economía se estancó o deterioró, se agravó la pobreza y en algunos casos se instaló la hiperinflación. Cuando reformaron sus políticas, sus ingresos comenzaron a aumentar. Tras haber disminuido durante décadas, el ingreso real per cápita está comenzando a repuntar en África. Las tendencias hacia la apertura y la aplicación de políticas económicas acertadas, sumadas a medidas orientadas firmemente a beneficiar a los pobres, son los componentes esenciales de toda estrategia eficaz de reducción de la pobreza en los países de bajo ingreso (véanse las preguntas 3 y 5).

Los países industriales también se benefician de la globalización debido a que la competencia internacional pone a su disposición productos nuevos y de mejor calidad y, por lo tanto, mejora sus condiciones de vida. La creación de numerosos puestos de trabajo y el bajo nivel de desempleo en Estados Unidos, así como el mejoramiento de la situación en Europa, muestran que la globalización favorece la realización de reformas económicas dinámicas en lugar de entorpecerlas. Es cierto que a veces se pierden empleos en las industrias más antiguas, pero los puestos de trabajo creados en las nuevas ramas de actividad compensan ampliamente esas pérdidas. La educación, la formación profesional y las redes de protección social mejoran la situación de los trabajadores más perjudicados por los cambios económicos estructurales.

El FMI procura ayudar a los países a poner en práctica políticas que permitan que la globalización sea provechosa: políticas macroeconómicas, políticas estructurales que contribuyan al buen funcionamiento de los mercados y redes de protección social. La Organización Internacional del Trabajo se esfuerza por promover las normas de trabajo fundamentales, para reducir la explotación de los trabajadores y, en especial, para combatir el trabajo de niños o el trabajo forzado. El FMI apoya vivamente estos esfuerzos. Las empresas extranjeras constituyen una importante fuente de inversiones directas para los países en desarrollo, y estas inversiones dan lugar a una mayor productividad, a la creación de puestos de trabajo y al aumento de los ingresos. Un ajuste demasiado rápido de los salarios o de las normas de trabajo para equipararlos con los niveles vigentes en las economías avanzadas probablemente tendría el efecto de crear desempleo debido a que el costo de la mano de obra se tornaría excesivo. No obstante, un ajuste progresivo es lo que cabe esperar, y ya se está produciendo en los países que han abierto su economía. El desafío consiste en poner estos beneficios al alcance de los países de menores ingresos, sobre todo de África.

3. ¿Cómo pueden los países pobres recuperar el terreno perdido y ponerse a la par del resto del mundo?

No hay una fórmula única que permita a todos los países pobres lograr las tasas de crecimiento necesarias para ponerse a la par de los demás países, y las políticas específicas que deberían aplicarse varían según el caso. Básicamente, una estrategia a tal fin exige esfuerzos de los países de bajo ingreso, las economías avanzadas y los organismos internacionales, entre ellos el FMI.

Los países de bajo ingreso pueden:

  • Fomentar el crecimiento mediante políticas internas que promuevan la estabilidad macroeconómica y estimulen las fuerzas del mercado, reduciendo las restricciones comerciales y las subvenciones, mejorando la calidad de los servicios gubernamentales y fortaleciendo sus instituciones jurídicas y financieras.

  • Combatir la pobreza mediante políticas que beneficien a los pobres—y para las que se prevean recursos presupuestarios suficientes—, por ejemplo, en lo que respecta a la salud y la educación y la creación de redes de protección social eficaces. Un enfoque participativo, en el que se consulte a la sociedad civil, acrecentaría enormemente las posibilidades de éxito.

Las economías avanzadas pueden:

  • Reformar su propia política comercial, abriendo nuevos mercados para las exportaciones de los países pobres.

  • Reducir las subvenciones internas en algunos sectores; por ejemplo, en lo que respecta a los productos agropecuarios y textiles, en los que una medida de ese tipo es más susceptible de beneficiar a los países pobres.

  • Aumentar no sólo el alivio de la deuda que proporcionan para apoyar las políticas correctas sino también la asistencia oficial para el desarrollo (AOD o "ayuda"), invirtiendo así la tendencia a la baja observada en los últimos 20 años. También podrían lograr que esa ayuda sea más eficaz reduciendo el grado en que la misma está vinculada a sus propias exportaciones, y coordinando mejor su asistencia y sus operaciones de alivio de la deuda con las estrategias de lucha contra la pobreza que formulen los países pobres.

El FMI, el Banco Mundial y los otros acreedores multilaterales están actuando concertadamente para respaldar los esfuerzos de los países de bajo ingreso mediante una mayor colaboración. El FMI ofrece asistencia y asesoramiento sobre políticas en el marco del servicio para el crecimiento y la lucha contra la pobreza (SCLP), y esta contribución es esencial para las estrategias orientadas a combatir la pobreza (véase más adelante).

III. Políticas del fmi y reducción de la pobreza

4. ¿Existen pruebas convincentes de que los programas de ajuste estructural respaldados por el FMI mejoran efectivamente las condiciones de vida?

Según las conclusiones de una evaluación realizada recientemente por expertos externos, los programas de ajuste estructural respaldados por el SRAE (remplazado actualmente por el SCLP) han dado lugar a un apreciable cambio de la tendencia de crecimiento de los países beneficiarios.

Las estadísticas muestran que, a finales de los años noventa, el crecimiento del ingreso per cápita de estos países era del 2½% anual, es decir dos veces más rápido que en los otros países en desarrollo. Los programas respaldados por el FMI mediante préstamos concesionarios aumentan la producción y reducen la inflación. A través de su experiencia, los países en desarrollo están demostrando que estas mejoras requieren políticas macroeconómicas prudentes, mercados más abiertos y un entorno favorable a la actividad del sector privado.

Al suministrar asesoramiento, el FMI también tiene en cuenta explícitamente los efectos de las reformas en los grupos sociales más vulnerables. Por ejemplo, aunque sea necesario realizar recortes presupuestarios, en general se protegen los gastos sociales, o incluso se aumentan. En los relativamente pocos países sobre los que se dispone de datos, los índices de pobreza han bajado, en promedio, el 20% en el período de aplicación de los programas apoyados por el FMI.

No obstante, se requiere un crecimiento económico más rápido para lograr nuevos avances en la lucha contra la pobreza. Las nuevas políticas y los nuevos enfoques adoptados en el marco del SCLP centran la tarea del FMI en lo que respecta a los países de bajo ingreso en el objetivo central de reducir la pobreza. Este enfoque se orienta a materializar el compromiso que la comunidad internacional asumió en numerosas conferencias de las Naciones Unidas de reducir la miseria a la mitad para el año 2015 y de lograr otros objetivos en materia de salud, educación, nutrición y calidad fundamental de la vida.

5. ¿Mejorarán realmente las perspectivas de crecimiento y la evolución de la pobreza en los países de bajo ingreso gracias al nuevo servicio para el crecimiento y la lucha contra la pobreza?

La estrategia de ayuda del FMI a los países de bajo ingreso ha evolucionado con el tiempo. Hasta mediados de los años ochenta, el único instrumento a su disposición eran los préstamos del FMI a tasas de mercado financiados con recursos ordinarios. Pero los países de bajo ingreso tenían problemas más profundamente arraigados que no podían ser resueltos mediante los servicios financieros no subvencionados, cuyo objetivo es facilitar la estabilización a corto plazo. Por consiguiente, los préstamos de ajuste estructural (por medio del SRAE) pasaron a ser el instrumento clave. Desde entonces se han logrado importantes avances. En colaboración con el Banco Mundial, a través de los años el FMI ha asignado un lugar cada vez más importante a los objetivos sociales en estos programas, sobre todo dirigiendo su atención hacia las redes de protección social y el gasto en salud y educación.

Sin embargo, los avances en la lucha contra la pobreza aún son demasiado lentos. En el SCLP se incorporan cuatro elementos fundamentales que no estaban adecuadamente resueltos en el marco del servicio precedente (el SRAE), y que son esenciales para las estrategias respaldadas por el Banco Mundial y el FMI.

  • La reducción de la pobreza es el objetivo central y explícito de la política económica.

  • Se hace mucho más hincapié en la formulación de los programas por los propios países.

  • En la formulación de las políticas se adopta un enfoque participativo para asegurar la representación de todos los sectores de la sociedad civil en la preparación de las estrategias de lucha contra la pobreza. De esta manera, los pobres tendrán un mayor acceso a los beneficios del crecimiento.

  • Se considera esencial coordinar mejor la acción de los donantes, lo cual significa que el Banco Mundial y otros organismos pueden aportar su experiencia en la reducción de la pobreza mientras que el FMI proporciona asesoramiento en materia de políticas y reformas macroeconómicas.

IV. Papel y reforma del fmi

6. ¿No se está produciendo un desborde del ámbito de competencia del FMI dado que la institución se ocupa actualmente de demasiadas cuestiones que trascienden la esencia de su misión? ¿Por qué no puede el FMI limitarse a cumplir su mandato?

El número de países miembros del FMI se ha cuadruplicado desde que se creó la institución y, por lo tanto, su diversidad ha aumentado. Al mismo tiempo, se ha producido una integración cada vez mayor de la economía mundial, y los problemas de política económica han adquirido mayor complejidad y a menudo requieren respuestas más rápidas. La brecha entre los países ricos y los países pobres, y entre los ricos y los pobres dentro de un mismo país, se ha ensanchado. En este mundo en rápido cambio, las economías son más interdependientes, los problemas están interrelacionados y las soluciones deben hallarse en un marco de colaboración. Es, por lo tanto, natural que el FMI evolucione para poder responder a las necesidades de los países miembros, que cambian en el contexto de una economía mundial que por su parte también se transforma. De esa manera el FMI se ajusta a los objetivos que se le han encomendado en su Convenio Constitutivo: fomentar la estabilidad internacional y el crecimiento.

El FMI desempeña un papel central en muchos ámbitos debido a dos razones de índole muy general. En primer término, las políticas macroeconómicas y financieras interactúan con casi todos los otros tipos de políticas y con las aspiraciones nacionales. Por ejemplo, la pobreza no puede reducirse si no existe crecimiento económico, para lo cual se requiere estabilidad macroecónomica y financiera, y específicamente un bajo nivel de inflación dado que es innegable que la baja inflación ayuda a los pobres. Por lo tanto, el FMI puede contribuir de manera crucial a la reducción de la pobreza. Este papel está justificado en el caso de los países más pobres, aun cuando sean otros los organismos que se ocupan de profundizar las tareas en materia de políticas sociales. En segundo término, el FMI es el único organismo internacional que, por las funciones que le fueron encomendadas, mantiene un diálogo activo sobre las políticas económicas con casi todos los países. Así pues, es el vector natural para analizar las cuestiones fundamentales relativas a la estabilidad del sistema monetario y financiero internacional, como las normas y los códigos, así como las consecuencias de la circulación rápida de capitales.

7. ¿Por qué el FMI no presta más atención a las cuestiones sociales, el medio ambiente, las instituciones políticas y la cultura de cada país cuando otorga préstamos a sus países miembros y los asesora en materia de políticas?

Estas cuestiones han cobrado cada vez más importancia en los préstamos y el asesoramiento proporcionados a los países. Los programas que el FMI respalda tienen por objeto promover el acceso universal a los servicios sociales básicos. En realidad, se trata de uno de los elementos fundamentales del nuevo SCLP, mediante el cual se consolidarán los avances logrados desde que el FMI creó sus servicios de ajuste estructural a mediados de los años ochenta. Durante ese período, en los 66 países de bajo ingreso que aplicaron programas respaldados por el FMI los niveles medios de gasto público en educación y salud aumentaron tanto en porcentaje del PIB como en valores reales por habitante.

Asimismo, en los programas respaldados por el FMI a menudo se tienen en cuenta las cuestiones ambientales, concretamente en los casos en que la degradación del medio ambiente tiene un efecto macroeconómico directo; por ejemplo, cuando el agotamiento de los recursos naturales—como los recursos forestales y pesqueros—perjudica las perspectivas de crecimiento sostenible de un país.

Por último, muchos elementos clave del SCLP se han concebido de modo de tener en cuenta la situación institucional y cultural de los países que utilizan los recursos del FMI. Es así que se hace más hincapié en la reducción de la pobreza, la transparencia y la gestión de los asuntos públicos, mediante un proceso que asigna especial importancia a la formulación de los programas por los propios países conforme a un enfoque de carácter participativo.

El mandato y la especialización del FMI se centran en el sistema monetario internacional y la política macroeconómica. Los limitados conocimientos de que dispone el FMI en otros campos le impiden asumir un papel central en el asesoramiento a los países sobre las cuestiones específicas relacionadas con el gasto social, la política ambiental o muchos aspectos de la reforma institucional. Para ello, el FMI se apoya en las otras organizaciones, sobre todo el Banco Mundial y los bancos de desarrollo regionales, la Organización Mundial del Comercio y el sistema de las Naciones Unidas, que son las que asumen la función central en los trabajos con los países sobre las políticas concretas que deben adoptarse. No obstante, un enfoque global asegura a todos los interesados que los diversos elementos de estas políticas se están aplicando en el marco de un conjunto vasto y coherente de objetivos nacionales fijados por las autoridades de los propios países.

8. ¿Qué esta haciendo el FMI en lo que respecta a su propia reforma?

El FMI prosigue su larga tradición de reformas para continuar adaptándose a la rápida evolución de la economía mundial. La reforma del FMI forma parte del proceso de fortalecimiento del sistema financiero internacional. Los principales elementos son los siguientes:

  • Se está adaptando la supervisión teniendo en cuenta los nuevos códigos de conducta y normas aplicables en diversos campos, como la solidez del sector financiero, la transparencia de las políticas fiscal, monetaria y financiera, y la declaración de datos.

  • Se está fomentando la transparencia mediante una mayor difusión de información y datos sobre las políticas y los programas nacionales respaldados por el FMI; éste a su vez da a conocer al público una mayor cantidad de información sobre sus operaciones y su situación financiera.

  • El FMI dispone actualmente de mayores medios para responder a las crisis, gracias a la creación del servicio de complementación de reservas y las líneas de crédito contingente, servicio financiero destinado a evitar los efectos de contagio.

  • En septiembre de 1999, al remplazarse el SRAE por el SCLP, se dio una nueva orientación a la asistencia de carácter concesionario que el FMI proporciona a los países de bajo ingreso.

  • El FMI desempeña un papel central en el fortalecimiento de la Iniciativa para los países pobres muy endeudados, cuyo objetivo es ofrecer un alivio de la deuda más profundo, rápido y amplio a los países que apliquen políticas sanas y se comprometan a realizar reformas.

  • Paralelamente a la creación de nuevos servicios de financiamiento para hacer frente a necesidades nuevas se han suprimido mecanismos antiguos. Recientemente el Directorio Ejecutivo decidió suprimir cuatro servicios que resultaban superfluos.

  • Se está estudiando activamente la manera de reforzar aún más las salvaguardias que protegen la utilización de los recursos del FMI.