Informes sobre la Estabilidad Financiera Mundial

El último tramo: vulnerabilidades y riesgos financieros

Abril de 2024

Rueda de prensa: Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial, Abril de 2024

Los riesgos a corto plazo para la estabilidad financiera mundial han disminuido ahora que la desinflación entra en su último tramo, pero las vulnerabilidades a mediano plazo están aumentando.

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El capítulo 1 documenta que los riesgos a corto plazo para la estabilidad financiera mundial han disminuido ante las expectativas de que la desinflación mundial esté entrando en su último tramo. Sin embargo, al mismo tiempo existen varios riesgos reseñables y se están acumulando vulnerabilidades a mediano plazo.

El capítulo 2 analiza las vulnerabilidades y los potenciales riesgos para la estabilidad financiera derivados del crédito empresarial privado, una clase de activos en rápida expansión —tradicionalmente dedicada a conceder préstamos a empresas medianas desatendidas por la banca comercial o los mercados de deuda pública—, que ahora ya rivaliza en tamaño con otros grandes mercados crediticios.

El capítulo 3 muestra que, si bien los incidentes cibernéticos no han sido sistémicos hasta la fecha, la probabilidad de incidentes cibernéticos graves ha aumentado, lo que implica una seria amenaza para la estabilidad macrofinanciera.

Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial, Abril de 2024

Capítulo 1: Fragilidades financieras en el último tramo de la desinflación

Las expectativas de que la desinflación mundial esté entrando en su "último tramo" y la política monetaria se flexibilice han distendido las condiciones financieras mundiales desde el Informe sobre la estabilidad financiera mundial de octubre de 2023. Los mercados emergentes han dado muestras de resiliencia y algunas economías preemergentes han emitido deuda internacional. Un aterrizaje suave de la economía mundial parece cada vez más probable, y las grietas en el sistema financiero puestas al descubierto por las tasas de interés altas no han seguido fracturándose. Los riesgos a corto plazo para la estabilidad financiera mundial han disminuido, pero hay varios riesgos reseñables para el último tramo. Las crecientes tensiones en el sector inmobiliario comercial y los indicios de deterioro del crédito en las empresas podrían verse agravados por shocks adversos. Un estancamiento de la desinflación podría sorprender a los inversionistas, lo que ocasionaría una redeterminación de los precios de los activos y un resurgimiento de la volatilidad en los mercados financieros. Más allá de estas preocupaciones inmediatas, se están gestando otras vulnerabilidades a mediano plazo, en particular la acumulación continua de deuda tanto en el sector público como en el privado.

Capítulo 2: Auge y riesgos del crédito privado

El capítulo 2 analiza las vulnerabilidades y los potenciales riesgos para la estabilidad financiera derivados del crédito empresarial privado, una clase de activos en rápida expansión —tradicionalmente dedicada a conceder préstamos a empresas medianas desatendidas por la banca comercial o los mercados de deuda pública— que ahora ya rivaliza en tamaño con otros grandes mercados crediticios. Se identifican importantes vulnerabilidades resultantes de la relativa fragilidad de los prestatarios, la proporción cada vez mayor de vehículos de inversión semilíquidos, las múltiples capas de apalancamiento, las valoraciones desactualizadas y potencialmente subjetivas y las conexiones difusas entre participantes. Si el crédito privado se mantiene opaco y sigue creciendo exponencialmente con una supervisión prudencial limitada, estas vulnerabilidades podrían volverse sistémicas.

Vistos los potenciales riesgos que plantea esta clase de activos dinámicos e interconectados, las autoridades podrían considerar abordar el crédito privado con un enfoque supervisor y regulatorio más proactivo. Es fundamental subsanar las deficiencias en los datos y reforzar los requisitos de informes a fin de lograr una evaluación integral de los riesgos. Las autoridades deberían vigilar de cerca y abordar los riesgos de liquidez y de conducta en los fondos —sobre todo los minoristas— que podrían enfrentarse a mayores riesgos de reembolso.

Capítulo 3: Riesgo cibernético: Una preocupación creciente para la estabilidad macrofinanciera

Con la digitalización en auge, las tecnologías en evolución y crecientes tensiones geopolíticas como telón de fondo, los riesgos cibernéticos están en aumento. El capítulo 3 concluye que, si bien hasta la fecha los incidentes cibernéticos no han sido sistémicos, el riesgo de pérdidas cuantiosas debido a ese tipo de incidentes ha aumentado. El sector financiero está muy expuesto, y un incidente cibernético grave podría entrañar riesgos para la estabilidad macrofinanciera al provocar una pérdida de confianza, perturbaciones en los servicios críticos y efectos de contagio en otras instituciones debido a interconexiones tecnológicas y financieras. Por más que una legislación mejor para temas cibernéticos y la existencia de programas de gobernanza cibernética en las empresas pueden contribuir a mitigar estos riesgos, los marcos de política cibernética siguen siendo en general inadecuados, sobre todo en las economías de mercados emergentes y en desarrollo. Por lo tanto, es necesario mejorar la resiliencia cibernética del sector financiero mediante el desarrollo de estrategias nacionales de seguridad cibernética adecuadas, marcos de regulación y supervisión apropiados, una fuerza de trabajo capacitada en materia de seguridad cibernética y acuerdos nacionales e internacionales de intercambio de información. Para permitir un seguimiento más eficaz de los riesgos cibernéticos habría que reforzar los intercambios de información sobre incidentes cibernéticos. Los supervisores deberían exigir a los miembros de los directorios de las empresas que rindan cuentas en cuanto a la gestión de la seguridad cibernética de las instituciones financieras y la promoción de una cultura de riesgo adecuada, la "higiene" cibernética y la capacitación y sensibilización en materia cibernética. Para limitar las potenciales perturbaciones, las instituciones financieras deberían formular y poner a prueba procedimientos de respuesta y recuperación ante ataques, y las autoridades nacionales deberían desarrollar protocolos de respuesta y marcos de gestión de crisis eficaces.