Centro de Andorra la Vella, capital de Andorra. El 16 de octubre de 2020 Andorra  se convirtió en el 190o país miembro del FMI. (foto: minemero/iStock)

Centro de Andorra la Vella, capital de Andorra. El 16 de octubre de 2020 Andorra se convirtió en el 190o país miembro del FMI. (foto: minemero/iStock)

Andorra: Cinco cosas que quizá no sepa sobre el 190o país miembro del FMI

16 de octubre de 2020

El FMI da hoy la bienvenida al Principado de Andorra como su 190o país miembro. Andorra —un microestado situado entre Francia y España— se incorporó al FMI en el momento en que Elisenda Vives Balmaña, Embajadora de Andorra ante Estados Unidos, Canadá y México, y Representante Permanente de Andorra en las Naciones Unidas, firmó el Convenio Constitutivo del FMI, durante una ceremonia celebrada en Washington, D.C.

Andorra solicitó su ingreso en el FMI en enero de 2020. El proceso, que incluyó la recopilación de información económica para el cálculo de la cuota de Andorra, se llevó a cabo de manera virtual debido a las restricciones de viaje relacionadas con la COVID-19. Varios departamentos del FMI colaboraron para conseguirlo: el Departamento de Europa, el Financiero, el Jurídico, el de Secretaría y el de Estadística.

Beneficios de ser un país miembro

Ser un país miembro permite al gobierno andorrano hacer uso del asesoramiento de política económica del FMI, en especial en estos momentos en que el país afronta la crisis provocada por la COVID-19 y diseña políticas para una recuperación sostenida. En particular, el país puede recibir ahora un examen anual o «comprobación del estado de salud» de su economía por parte del FMI, aprovechar la asistencia técnica y acceder a los préstamos del FMI si es necesario.

Andorra también puede ahora asistir como miembro de pleno derecho a las Reuniones Anuales y de Primavera del FMI y el Banco Mundial, donde delegados de todo el mundo se reúnen e intercambian opiniones sobre el estado de la economía mundial.

Cinco datos interesantes

  • Andorra es pequeña, aunque es el microestado más grande de Europa. Con una superficie de 468 km2, el tamaño de Andorra es aproximadamente dos terceras partes de la ciudad-estado insular de Singapur. Sin embargo, es el mayor de los seis microestados europeos, seguido de Liechtenstein, Malta, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano.

  • Aunque utiliza el euro, Andorra no forma parte de la zona del euro ni de la Unión Europea. El principado se convirtió oficialmente en una democracia parlamentaria en mayo de 1993, tras la aprobación de una nueva constitución en referéndum popular. El jefe de gobierno es el jefe del ejecutivo, mientras que el Presidente de Francia y el Obispo de Urgell en España son los jefes de Estado o «copríncipes». El país no tiene moneda propia ni banco central. Antes de la introducción del euro, Andorra utilizaba la peseta española y el franco francés. Si bien no es miembro de la Unión Europea, Andorra está negociando un Acuerdo de Asociación con el bloque para tener acceso a su mercado interior.
  • Las principales industrias de Andorra son el turismo, el comercio y el sector bancario. Esta nación enclavada, situada en las altas montañas de los Pirineos, se transformó de país principalmente agrícola y ganadero a centro financiero regional en la década de 1950 y, más recientemente, en destino turístico. En la actualidad, el comercio y el turismo constituyen cerca del 40% del producto de la economía y el sector financiero representa otro 20%. En 2019, Andorra recibió más de 8 millones de visitantes, principalmente de España y Francia, por sus conocidas pistas de esquí y rutas de bicicleta de montaña.
  • Aproximadamente la mitad de los miembros del parlamento andorrano son mujeres, en comparación con menos de una cuarta parte a nivel mundial. Casi el 47% de los miembros del parlamento, incluidas la Presidenta y la Vicepresidenta, de esta nación de 77.000 habitantes son mujeres. También existe un equilibrio de género perfecto entre los ministros. Esta paridad se ha logrado sin cuotas ni requisitos legales.
  • Andorra está comprometida con la sostenibilidad medioambiental. El país ha logrado quintuplicar su capacidad de energías renovables desde 2016. Sus esfuerzos se centran ahora en el transporte y la calefacción —las fuentes principales de emisiones en el país—, aunque el gobierno también ha establecido metas a largo plazo para reducir la dependencia energética e incrementar la producción de energía renovable de aquí a 2030 y lograr la neutralidad en carbono de aquí a 2050.