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La guerra en Ucrania supone un grave revés para la recuperación económica de Europa

Ucrania y Rusia afrontan las contracciones económicas más pronunciadas, si bien otros países también podrían entrar en recesión este año.

La catástrofe humanitaria en Ucrania está resonando en toda Europa. Unos 5 millones de refugiados han huido ya de los combates en el mayor éxodo que el continente ha visto desde la Segunda Guerra Mundial, y hay varios millones más de personas internamente desplazadas. La mayoría han abandonado el país a través de las fronteras con Polonia, Rumania, Hungría y Moldova. La Unión Europea ha acogido con rapidez a los desplazados por la invasión de Rusia, y les ha otorgado permisos para vivir y trabajar, así como para recibir asistencia social, durante al menos un año.

La guerra supone un grave revés para la fuerte, aunque todavía incompleta, recuperación europea de la pandemia, que dejó el consumo privado y la inversión muy por debajo de los pronósticos anteriores al coronavirus, aun cuando el apoyo fiscal y monetario lograra un repunte notable del empleo, hasta casi los niveles vistos por última vez antes de la pandemia. La escalada de precios de los alimentos y la energía está afectando con dureza al consumo de los hogares, y la incertidumbre económica va a frenar la inversión.

También, la guerra supone un recordatorio de que Europa debe hacer más para mejorar la seguridad energética, en especial mediante el aumento de las fuentes renovables y la mejora de la eficiencia.

Revisiones del crecimiento a la baja

Nuestras últimas Perspectivas económicas regionales disminuyen los pronósticos de crecimiento para Europa. Para las economías avanzadas, hemos recortado nuestras proyecciones de crecimiento en 1 punto porcentual, hasta el 3% en 2022, con respecto a las proyecciones de enero, y para las economías emergentes, sin incluir Ucrania y Rusia, hemos recortado las proyecciones de crecimiento en 1,5 puntos porcentuales, hasta el 2,7%. Se proyecta que varias de las mayores economías —como Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido— apenas se expandan o que incluso se contraigan durante dos trimestres consecutivos este año. El pronóstico de la actividad en Rusia es que se reduzca un 8,5%, y en Ucrania un 35%.

Perspectivas económicas regionales: Europa - Abril de 2022. Blog, gráfico 1

¿Qué deben hacer las autoridades monetarias y fiscales? La guerra es un shock de oferta que reduce el producto económico y aumenta los precios. En efecto, nuestro pronóstico de inflación es que se acelerará hasta el 5,5% en las economías avanzadas y hasta el 9,3% en las economías emergentes de Europa, sin incluir Rusia, Turquía y Ucrania. Estos pronósticos son superiores en 2,2 y 3,5 puntos porcentuales, respectivamente, a las proyecciones de enero.

La política monetaria debe compaginar la contención de la inflación con la necesidad de limitar las pérdidas de producto y facilitar la reasignación de trabajadores y capital en respuesta a los nuevos shocks. Gran parte de la presión sobre los precios procede de fuerzas fuera del control de los bancos centrales, como son los shocks a los mercados de alimentos y energía y las interrupciones en las cadenas de suministro. No obstante, las autoridades monetarias de muchos de los países deben mantener la trayectoria de normalización de las condiciones de préstamo para contener las expectativas de inflación y anclar los factores internos determinantes de la inflación, como los salarios y los alquileres de viviendas.

Cuando sea posible, los gobiernos deben actuar junto con los agentes sociales para evitar espirales de precios y salarios, entre otras cosas, con la puesta a disposición de apoyo suficiente para hogares y empresas que están teniendo dificultades para poder pagar más por las materias primas. Para hacer frente al shock de oferta, debe permitirse que los estabilizadores fiscales automáticos, tales como el aumento de los seguros de desempleo y la disminución de los pagos de impuestos, operen libremente. Estas medidas aumentarán los déficits fiscales a medida que las perspectivas de crecimiento se debiliten —y es adecuado que así lo hagan— y añadirán presiones sobre las finanzas públicas de algunos países. Dicho esto, la política fiscal podría tener que apoyar más a las economías si se materializan riesgos graves.

Las presiones presupuestarias serán más severas en varios países que están abriendo sus fronteras a los refugiados, por ejemplo, en Polonia, que alberga a casi 3 millones, o Moldova, donde el número de refugiados es muy elevado en relación con la población. Esta situación subraya la necesidad de repartir los costos de la ayuda humanitaria de forma equitativa entre los miembros de la UE. En los países de acogida no miembros de la UE, la asistencia de socios multilaterales y regionales debe contribuir a gestionar los costos, en especial donde las finanzas públicas ya están bajo presión.

Los costos de la reconstrucción

El reto de Europa será reconstruir Ucrania y su economía, de forma que se incentive el retorno de los refugiados. La reconstrucción de las infraestructuras destruidas requerirá gran cantidad de financiamiento con un componente importante de subvención. La reconstrucción y el reasentamiento contribuirán al retorno de los refugiados y a la recuperación del crecimiento económico.  La implementación de reformas que fortalezcan las instituciones y la política pública maximizarán el dividendo del crecimiento derivado de la reconstrucción.

Esto llevará cierto tiempo y, como resultado, es probable que algunas de las personas que han huido se queden durante un tiempo en los países de acogida. La integración de los refugiados, sobre todo mujeres y niños, en empleos y escuelas será fundamental. Las políticas de empleo focalizadas, como son los subsidios salariales temporales para incentivar la contratación, pueden ser adecuadas. También pueden serlo el reconocimiento de cualificaciones, la capacitación lingüística y la atención de las necesidades de cuidado infantil.

Perspectivas económicas regionales: Europa - Abril de 2022. Blog, gráfico 2

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Alfred Kammer es Director del Departamento de Europa del Fondo Monetario Internacional desde agosto de 2020. En esta función, supervisa el trabajo del FMI con Europa.

Con anterioridad, el Sr. Kammer fue Jefe de Gabinete de la Oficina de la Directora Gerente, donde asesoraba a la Directora Gerente sobre cuestiones operativas y supervisaba las actividades del equipo de dirección; Subdirector del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación, donde supervisaba el trabajo sobre la estrategia y la política de supervisión del Fondo; Subdirector del Departamento del Oriente Medio y Asia Central, donde supervisaba la evolución económica regional y cuestiones relacionadas con el sector financiero; Director de la Oficina de Gestión de la Asistencia Técnica, donde asesoraba a la dirección sobre las operaciones de asistencia técnica y supervisaba la obtención de fondos y las asociaciones globales para el fortalecimiento de las capacidades, y Asesor del Subdirector Gerente. El Sr. Kammer también fue Representante Residente del FMI en Rusia. Desde que se incorporó al FMI, el Sr. Kammer ha trabajado con países de África, Asia, Europa y Oriente Medio, se ha encargado de un amplio abanico de cuestiones estratégicas y de política económica.

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