Un famoso físico dijo una vez: «Cuando puedes medir aquello de lo que hablas, y expresarlo en números, sabes algo acerca de ello».
Casi 140 años después, esta máxima sigue siendo cierta y es especialmente acertada para las autoridades económicas encargadas de la mitigación y adaptación al cambio climático.
Esto es así porque estas autoridades se enfrentan a importantes deficiencias de información que dificultan su capacidad de entender el impacto de las políticas, desde las medidas para incentivar la reducción de las emisiones, hasta las regulaciones que reducen el riesgo físico y mejoran la resiliencia ante los shocks climáticos. Y, sin datos exhaustivos y comparables a escala internacional para realizar un seguimiento del progreso, es imposible saber qué funciona y dónde se necesita rectificar el rumbo.
Esto acentúa la importancia del apoyo de los líderes del G20 a una nueva Iniciativa sobre deficiencias de los datos para que las estadísticas oficiales sean más detalladas y puntuales. Esta iniciativa insta a mejorar los datos para entender el cambio climático y utilizar indicadores que abarquen el ingreso y la riqueza, la inclusión y la innovación financiera, el acceso a datos privados y administrativos y el intercambio de datos. En resumen, las estadísticas oficiales tienen que ser más extensas, más detalladas y puntuales.
El sector donde más se necesita un cambio es el energético, que es el que más contribuye a las emisiones de gas de efecto invernadero, siendo responsable de aproximadamente tres cuartas partes del total.
Las economías deben ampliar sus fuentes de energía renovable y frenar el uso de combustibles fósiles; sin embargo, aunque se ha producido un cambio gradual en esta dirección, el ritmo todavía no es suficiente. Y, en muchos casos, no solo existe falta de ambición de las políticas, sino que también se carece de datos exhaustivos y comparables a escala internacional para realizar un seguimiento del progreso.
Para acelerar los recortes de las emisiones, las autoridades económicas necesitan estadísticas detalladas que les permitan seguir la trayectoria de la transición energética y les ayuden a diseñar medidas eficaces de mitigación que puedan acelerar la trayectoria hacia la neutralidad en carbono y reducir sus efectos desestabilizadores.
Al mismo tiempo, los países también deben realizar un seguimiento de cómo afectan las medidas de mitigación y adaptación a los ingresos, el consumo y la riqueza de los hogares. Por ejemplo, ¿cómo afectará el aumento de los costos de los combustibles fósiles a los hogares vulnerables? Y, ¿qué inversiones debemos priorizar para hacer frente a los nuevos patrones climáticos y la mayor frecuencia de shocks climáticos?
Es fundamental disponer de datos robustos, porque las políticas deben basarse en una comprensión cabal del amplio impacto del cambio climático, la transición verde y los riesgos físicos, económicos y financieros asociados.
Es alentador que la nueva Iniciativa sobre deficiencias de los datos abogue por que las economías del G20 vayan más allá del producto interno bruto en sus estadísticas nacionales, y registren un conjunto de indicadores climáticos y estimaciones distributivas del ingreso y la riqueza de los hogares. Esto contribuirá a que las autoridades económicas evalúen mejor las implicaciones distributivas de las políticas.
Al celebrar la nueva iniciativa sobre deficiencias de los datos, los líderes del G20 pidieron al FMI que coordinara con el Consejo de Estabilidad Financiera, el Grupo Interinstitucional sobre Estadísticas Económicas y Financieras y las autoridades estadísticas de todo el G20 el trabajo para reducir estas deficiencias de los datos y que informara sobre el avance en el segundo semestre de 2023, siendo conscientes de que las metas son ambiciosas y que, para su cumplimiento, habrá que tener en cuenta las capacidades estadísticas nacionales, las prioridades y las circunstancias de los países, así como evitar el solapamiento y la duplicación de tareas a nivel internacional.
La iniciativa aprovechará la experiencia colectiva de las agencias internacionales que coordinan esta labor, así como el trabajo realizado por grupos como la Red para la Ecologización del Sistema Financiero, para elaborar un consenso sobre los instrumentos financieros climáticos.
Este trabajo también está estrechamente vinculado a otras iniciativas del FMI, como el Tablero de Indicadores de Cambio Climático del FMI, que es otra iniciativa estadística dedicada a proporcionar datos climáticos pertinentes para el análisis económico. También está vinculado al proyecto conjunto del FMI dirigido a ofrecer orientación para la implementación de los principios de alto nivel del G20 sobre las taxonomías y otros enfoques para ajustarse a las finanzas sostenibles.
Las autoridades económicas del G20 han reconocido que es necesario disponer de mejores datos para orientar la respuesta a los retos más complejos que afrontan. La iniciativa sobre deficiencias de los datos desempeñará un papel fundamental en la solución de esta cuestión.
Los últimos anuncios y publicaciones de datos de la iniciativa están disponibles aquí.