Por Louis Marc Ducharme, James Tebrake y Zaijin Zhan
La exactitud y puntualidad de los datos económicos es crucial para las decisiones de política, especialmente durante una crisis. Pero la pandemia de COVID-19 ha trastocado la elaboración de muchas estadísticas críticas. Sin datos confiables, las autoridades no pueden evaluar el daño provocado por la pandemia en los hogares y la economía, ni vigilar debidamente la recuperación.
Estamos colaborando con los países miembros y otros organismos internacionales para hacer frente a estos trastornos y mantener el flujo de datos económicos.
Tres dificultades estadísticas críticas
Primero, muchos empleados de los organismos estadísticos nacionales están trabajando desde casa por razones de confinamiento, a menudo con acceso limitado a las herramientas y los datos que necesitan para elaborar y divulgar indicadores económicos. Por ejemplo, el cálculo de los precios minoristas muchas veces requiere visitas físicas a las tiendas, cosa que no es posible en muchos países en este momento. Análogamente, es difícil hacer encuestas a empresas para consultar los planes de producción e inversión porque muchas han cerrado durante un tiempo o sencillamente carecen de los recursos necesarios para responder a cuestionarios estadísticos. Estos trastornos significan que los datos sobre precios y producción, que son críticos para calibrar las medidas de política monetaria y estímulo fiscal, pueden quedar rezagados o deben estimarse usando información parcial.
Segundo, las discrepancias en el registro del respaldo público brindado a particulares y empresas podrían complicar la evaluación de su impacto en las finanzas públicas. No está del todo claro cuál es la mejor manera de reflejar algunas de esas medidas. Por ejemplo, cuando un gobierno brinda apoyo financiero a empresas afectadas por la COVID-19, ¿está haciendo una inversión financiera o suministrando subsidios sin esperar nada a cambio? Según cuál sea la respuesta, las autoridades tendrán un panorama diferente del déficit fiscal y de la deuda pública.
Tercero, para tomar las decisiones más fundamentadas, las autoridades necesitan una radiografía de la economía tomada en tiempo real. Muchas estadísticas oficiales tradicionales —incluso las publicadas mes a mes— no están lo suficientemente actualizadas como para ser de utilidad en este momento. Se necesitan otros datos de mayor frecuencia para complementar las estadísticas oficiales. Aunque la importancia de esos otros indicadores ya estaba reconocida antes de la pandemia , los trastornos de las estadísticas tradicionales causados por la actual crisis han reforzado su urgencia.
Cómo hacer frente a los trastornos de los datos
Los países pueden beneficiarse de orientación a la hora de llenar estos vacíos de los datos durante la pandemia. Nuestra reciente guía contiene recomendaciones y propone prácticas óptimas para asegurar la continuidad de las estadísticas clave de precios, crecimiento y comercio internacional.
Las principales recomendaciones incluyen lo siguiente:
- Dar prioridad a los componentes de datos que tienen el mayor impacto en las estadísticas críticas.
- Estimar provisionalmente o imputar los valores de los componentes de datos faltantes recurriendo a otras fuentes de datos, información de mercado y criterios basados en el mejor juicio. Por ejemplo, se pueden reemplazar los precios faltantes a causa del cierre de comercios con precios publicados en Internet o datos tercerizados (solicitando a comunidades de usuarios de Internet que ayuden a recopilar los datos) y reemplazar las encuestas de viajes en persona (que son ahora imposibles de realizar debido al distanciamiento social) con registros inmigratorios.
- Mejorar la transparencia de los procedimientos estadísticos divulgando debidamente los métodos empleados para estimar los datos faltantes e imputados y notificar a los usuarios por adelantado las demoras en la publicación de indicadores estadísticos fundamentales.
Como estas dificultades de datos se están haciendo sentir en el mundo entero durante esta crisis, el intercambio de información y el aprendizaje entre pares son críticos para beneficiarse de las prácticas óptimas. El FMI, junto con el Banco Mundial, Eurostat, las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), está respaldando este esfuerzo a través de videoconferencias y un portal para los compiladores que la OCDE dedicó a la COVID-19. Las guía s del FMI sobre el registro de tipos críticos de intervenciones públicas complementan esos esfuerzos.
Ante la necesidad urgente de nuevas fuentes de datos para apoyar el seguimiento de la actividad económica en tiempo real, los países están redoblando los esfuerzos por encontrar información más detallada y de mayor frecuencia que les permita evaluar y cuantificar el impacto del virus con mayor rapidez. Por ejemplo, el Reino Unido comenzó a publicar boletines semanales con indicadores nuevos y experimentales, incluidos índices de precios en línea y datos diarios sobre embarques, para medir el impacto económico de la COVID-19 en la inflación y el comercio internacional. Aprovechando los precios publicados en Internet por el comercio minorista, Sudáfrica compiló un índice de precios al consumidor de productos esenciales . El FMI está incorporando estas y otras fuentes de datos nuevas para analizar el impacto económico y financiero de la COVID-19; por ejemplo, dando seguimiento a la actividad de determinados sectores y la movilidad a través de datos de alta frecuencia sobre los vuelos y el consumo de energía.
Los importantes trastornos causados en los datos por la pandemia de COVID-19 requieren fuentes y métodos de compilación novedosos. Una información más exacta y actualizada ayudará a los países a continuar respondiendo con más eficacia a la crisis y a comenzar a prepararse para la recuperación.