Lo más probable es que el lector haya oído hablar de Panamá en el contexto de su famoso canal, o quizá que el país compitió en su primera Copa Mundial de Fútbol el año pasado en Rusia. Un hecho no tan conocido es que Panamá ha sido la economía más dinámica de América Latina en las tres últimas décadas y que alcanzó uno de los ingresos per cápita más altos de la región. Para asegurar un crecimiento incluyente en beneficio de las generaciones futuras, Panamá tendrá que continuar con políticas que estimulen la productividad.
Un sólido crecimiento
Para América Latina, la historia de crecimiento de Panamá es importante. La economía creció alrededor de 6% por año durante un cuarto de siglo, muy por encima de otros países con un crecimiento tradicionalmente vigoroso como Chile, la República Dominicana y Perú, así como el doble de la tasa de crecimiento de América Latina en su conjunto. Panamá también logró alcanzar uno de los niveles de ingreso per cápita más elevados de la región, por delante de otros países como Argentina, México y Uruguay.
¿Cómo sustentó semejante crecimiento a lo largo de los años?
Tras un período de inestabilidad económica en la década de 1980, Panamá decidió aplicar políticas que mejoraron el clima de negocios, abrieron el comercio exterior y privatizaron las empresas públicas. Por añadidura, adoptó prácticas modernas sobre normativa bancaria, instituyó disciplina fiscal y fortaleció el régimen de dolarización; su moneda es el dólar de EE.UU.
Estos cambios estuvieron respaldados por una década de programas ininterrumpidos del FMI, que proporcionaron los conocimientos sobre políticas y la asistencia técnica necesarios; por ejemplo, en administración tributaria y gestión de activos y deudas. Los proyectos críticos de obras públicas, como la expansión del Canal de Panamá, apuntalaron el crecimiento y realzaron en gran medida la capacidad productiva de la economía.
En consecuencia, el PIB per cápita se quintuplicó, pasando de alrededor de $5.000 en 1990 a más de $25.000 en 2018; el comercio exterior y el sistema financiero florecieron; y la deuda pública se contrajo en proporción al PIB. Además, la pobreza se redujo en gran medida, mientras que la inversión alcanzó niveles parecidos a los de los tigres asiáticos (e.g. Singapur).
El informe Perspectivas de la economía mundial pronostica que el PIB per cápita de Panamá superará el de Chile en 2019. El personal técnico del FMI estima que el crecimiento potencial de Panamá es de 5½%. Además, si la economía panameña crece al nivel potencial en los cinco próximos años, el PIB per cápita alcanzará US$35.400; o sea, será parecido al de Lituania, la República Eslovaca y Eslovenia, todas economías avanzadas. En otras palabras, Panamá bien podría pasar a ser la primera economía avanzada de América Latina en los próximos años.
Un desempeño de primera a nivel mundial
El crecimiento de Panamá, ¿representa un récord mundial? ¿Cómo se compara con otros episodios de fuerte crecimiento en el mundo?
A nivel mundial, la trayectoria de crecimiento de Panamá sobresale como una de las más destacadas. Panamá es la 23ª economía de más rápido crecimiento en el mundo en los 25 últimos años: está casi en el décimo percentil más alto de los episodios de fuerte crecimiento a nivel internacional. Por lo general, las economías productoras de gas y petróleo como Azerbaiyán, Guinea Ecuatorial y Turkmenistán, junto con China, son las que predominan en los episodios de crecimiento vigoroso.
Ahora bien, vista más de cerca, Panamá tiene una característica distintiva. A excepción de Qatar, Panamá es la economía con el mayor crecimiento dado su nivel de ingresos. En otras palabras, no hay ninguna economía en el mundo (aparte de Qatar) que haya experimentado más crecimiento con un ingreso per cápita más alto que Panamá en el último cuarto de siglo.
La trampa del ingreso mediano
¿Cuánto durará este ímpetu de crecimiento? Un reciente estudio elaborado por el personal técnico del FMI analiza episodios de crecimiento de países que alcanzaron niveles comparables al actual nivel del PIB per cápita de Panamá. Su conclusión es que el crecimiento promedio se moderó de 5,3% en el año cuando alcanzaron el nivel de Panamá a 2,9% al cabo de 10 años.
Aunque estos datos son indicativos y es necesario un análisis más profundo para comprender la dinámica de crecimiento subyacente, sugieren que el crecimiento podría moderarse una vez que los países superan cierto umbral de ingreso per cápita y su brecha de convergencia se reduce.
Además, es probable que las contribuciones del capital y del trabajo al crecimiento también se moderen en el futuro. A medida que el crecimiento de la población siga disminuyendo, se prevé que la contribución anual del trabajo al crecimiento se reducirá en alrededor de 0,3 puntos porcentuales en relación con la última década.
Después de un ciclo de inversión extraordinario durante la misma década, en la que también tuvo lugar la expansión del Canal de Panamá, se proyecta que la participación de la inversión en el ingreso nacional convergerá hacia un nivel más sostenible, lo cual implica una disminución de la contribución del capital al crecimiento de aproximadamente un punto porcentual por año.
Los próximos pasos
Si bien el desempeño de Panamá en términos del crecimiento ha sido notable a nivel regional y mundial, un crecimiento fuerte y sostenido depende fundamentalmente de políticas que continúen mejorando la productividad; ese será un reto para el nuevo gobierno que entrará en funciones el 1 de julio. Estas son algunas reflexiones sobre ámbitos prioritarios que probablemente generen considerables dividendos para el crecimiento:
-
Educación y salud. Se debe centrar la atención en la calidad de la educación, la mejora de los servicios de salud pública y la modernización de los programas de formación y capacitación. Se trata de medidas esenciales para crear una economía diversificada más basada en el conocimiento.
-
Oferta de mano de obra. Moderar las estrictas regulaciones que impiden atraer talento del extranjero en muchas profesiones será esencial para la productividad. Facilitar el otorgamiento de permisos de trabajo para trabajadores muy calificados ayudará a eliminar lagunas e impulsará el potencial de crecimiento de Panamá.
-
Gobernanza. Será importante mejorar la transparencia financiera, el intercambio de información tributaria y el clima de inversión. Al continuar fortaleciendo la transparencia e integridad financiera, Panamá podría aprovechar aún más su ubicación geográfica excepcional y su centro financiero regional para respaldar las inversiones en logística, transporte y comercio internacionales y en un núcleo financiero.
-
Disciplina fiscal. Esto se puede lograr preservando la gestión prudente de la política fiscal, siguiendo la regla fiscal y brindando respaldo al flamante consejo fiscal para que el coeficiente deuda pública/PIB mantenga una trayectoria descendente.