(Versión en English)
Desde que se adoptaran los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) en 2015, el FMI ha ayudado a los países a alcanzar sus metas mediante su asesoramiento en materia de políticas, capacitación y apoyo financiero. Los resultados irán cristalizándose con el transcurso del tiempo, pero desde ya es posible observar algunos avances notables.
La ayuda que el FMI brinda a los países que trabajan por alcanzar sus metas de desarrollo se ha tornado más crucial a medida que las circunstancias han ido deteriorándose en muchos países, entre ellos las economías de bajo ingreso exportadoras de materias primas. El crecimiento mundial está cobrando ímpetu, pero sigue siendo desigual, en un entorno caracterizado por una fuerte caída de precios de las materias primas y crecientes niveles de deuda.
La misión del FMI consiste en promover la estabilidad económica y financiera internacional y en ayudar a los países a lograr un crecimiento sólido, sostenible e inclusivo. Preservar la estabilidad económica y lograr un crecimiento vigoroso son los pilares fundamentales que les permiten a los países ir en busca de sus metas de erradicar la pobreza, proporcionar trabajo digno y reducir la desigualdad. El FMI también ayuda a los países a consolidar sus finanzas públicas, lo cual a su vez genera recursos adicionales para mejorar la salud, la educación y la infraestructura públicas.
En años recientes, el FMI también ha proporcionado a los países asesoramiento sobre políticas relativas a cuestiones de desigualdad, género, inclusión financiera y cambio climático. A continuación presentamos ejemplos de cómo el asesoramiento del FMI en estos ámbitos puede contribuir a los esfuerzos que realizan los países para alcanzar sus objetivos de desarrollo:
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- Desigualdad. Al abordar la desigualdad se ayudará a los países a lograr un crecimiento económico sostenible. Como lo demuestra un estudio reciente del FMI, una mayor desigualdad de ingreso da lugar a períodos de crecimiento más cortos y niveles más altos de inestabilidad política. En países como Guatemala, Malawi y Myanmar observamos que si bien las reformas económicas que estimulan el crecimiento pueden también incrementar la desigualdad, hay opciones en el diseño de las reformas y medidas complementarias que pueden mitigar esos efectos. Por ejemplo, en Malawi recomendamos transferencias monetarias focalizadas y un mayor gasto en investigación y desarrollo agrícola para estimular la productividad a largo plazo de los agricultores pobres, quienes de otro modo se habrían visto perjudicados por el recorte de los subsidios agrícolas. Las autoridades de Malawi basaron en estas recomendaciones el diseño de la reforma de los subsidios del año pasado.
- Cuestiones de género. Aumentar el trabajo remunerado de las mujeres tiene un importante efecto positivo en el crecimiento económico. Por eso el FMI respaldó los esfuerzos de Egipto, India, Jordania y Malí para fomentar el ingreso de la mujer en la fuerza laboral remunerada. En Malí, por ejemplo, destacamos que la brecha educativa entre mujeres y hombres y la elevada fecundidad (una de las más altas del mundo) son los principales factores que restringen la entrada de la mujer en la fuerza laboral remunerada. Por ende, recomendamos un aumento del gasto en educación, programas de capacitación para niñas y mujeres y un mayor suministro de anticonceptivos.
- Inclusión financiera, es decir, el suministro de acceso a servicios financieros, como banca para todos. En Colombia, Namibia y Nigeria, el FMI prestó asesoramiento práctico sobre cómo fomentar la inclusión financiera. En Colombia, por ejemplo, destacamos la importancia de una licencia para el dinero electrónico y la introducción de un registro electrónico centralizado de bienes muebles para ampliar el acceso de las personas y las pequeñas empresas al financiamiento. En Jamaica, a partir de recomendaciones del FMI, las autoridades establecieron un consejo de inclusión financiera para supervisar la ejecución de la estrategia nacional de inclusión financiera.
- Clima. Los Estados pequeños son unos de los más vulnerables a los efectos del cambio climático y los desastres naturales. Estamos trabajando con el Banco Mundial para ayudar a estos países con evaluaciones de políticas sobre cambio climático. Estas evaluaciones, realizadas de forma experimental en Seychelles y Santa Lucía, aportan recomendaciones de política sobre adaptación al cambio climático y mitigación para generar no solo una mejor estrategia de respuesta ante los desastres naturales sino también para reducir el riesgo y estar mejor preparados. Esto se logra manteniendo un margen adecuado en los presupuestos y formulando planes financieros de contingencia, tal como lo subraya el FMI en su asesoramiento. Además, en la próxima actualización de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO) se analizan los efectos del clima en el desempeño económico de las economías de bajo ingreso.
Como lo demuestran los ejemplos, el FMI ayuda a los países a crear condiciones económicas sostenibles para que puedan llevar a cabo sus planes. En el Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas celebrado esta semana, 44 países presentaron las medidas que están tomando para alcanzar sus metas, así como los desafíos que implica cuantificar los avances en relación a muy diversas metas. El próximo año prepararemos una evaluación a fondo del alcance y la eficacia de la asistencia que brinda el FMI para respaldar la implementación de la Agenda 2030 para el desarrollo.