(Versión en English)
A cinco años del inicio de la crisis, el panorama fiscal sigue presentando dificultades. El aspecto positivo es que los esfuerzos por reducir el déficit y las primeras señales de recuperación disminuyeron la presión fiscal experimentada en numerosas economías avanzadas; pero en muchos casos los coeficientes de endeudamiento siguen registrando máximos históricos. Al mismo tiempo, la desaceleración del crecimiento y el aumento de los costos para obtener crédito, unidos a las persistentes demandas de mejora de los servicios públicos, generan presiones sobre los presupuestos públicos de las economías de mercados emergentes.
Economías avanzadas: aún no llegan a la línea de meta
Al presentar una disminución del déficit promedio de más de 4 puntos porcentuales del PIB, frente al nivel registrado en el punto álgido de la crisis, la mayoría de las economías avanzadas están en vías de cumplir sus objetivos fiscales de mediano plazo de reducir sus coeficientes de deuda pública a niveles más desahogados. En el Monitor Fiscal del FMI se estima que aquellos países que necesitan hacer más avances en la reducción del déficit ya han recorrido casi dos tercios del camino, con la salvedad de Japón.
Esto no significa que el último trecho sea el más fácil. Para comprender lo arduo que puede llegar a ser el esfuerzo restante, recurrimos a experiencias anteriores en materia de consolidación fiscal y elaboramos un índice que mide la “dificultad fiscal”. Examinamos dos aspectos:
• la dificultad para lograr un determinado superávit primario en un determinado período (este aspecto se representa en el eje vertical del gráfico) y
• la dificultad para mantener ese superávit durante otro período determinado (eje horizontal).
Del gráfico se desprende claramente que, al menos en el caso de la mayoría de los países, mantener un superávit presupuestario durante el período prolongado necesario para reducir los coeficientes de endeudamiento es la tarea más ardua, ya que “la fatiga causada por el ajuste” se empieza a hacer sentir. Esto es particularmente pertinente en el caso de Europa, donde el crecimiento económico sigue débil, lo que no hace más que aumentar la presión sobre un presupuesto ya de por sí limitado.
Economías de mercados emergentes: presiones presupuestarias crecientes
Durante el último par de años, las vulnerabilidades fiscales han ido en aumento en las economías de mercados emergentes. Esto se debe más que nada a dos factores. Para empezar, desde el punto de vista de las tasas de interés y el crecimiento, las condiciones se han deteriorado. Los pronósticos de crecimiento se han corregido a la baja hasta en 1¾ puntos porcentuales en promedio y los costos del endeudamiento han aumentado, especialmente en Asia y en Oriente Medio y Norte de África. En segundo lugar, los déficits se han acentuado y los coeficientes de endeudamiento han aumentado en muchos países a medida que —en la mayoría de los casos correctamente— se ha dejado actuar a los estabilizadores automáticos y utilizado el estímulo fiscal para contener las repercusiones de la crisis mundial. En algunos países, las actividades cuasifiscales, como la concesión de créditos subvencionados por parte de bancos del Estado o las actividades extrapresupuestarias de los gobiernos locales y otras instituciones públicas, han reforzado las vulnerabilidades.
Dicho esto, la gravedad de las dificultades fiscales varía en los distintos países emergentes: algunos presentan altos niveles de deuda y déficit y, por lo tanto, necesidades apremiantes en materia de consolidación; en otros, el aumento de los riesgos torna más importante iniciar el proceso de consolidación; y otros tienen una situación fiscal relativamente holgada. No obstante, en general, las posibilidades de aplicar medidas fiscales discrecionales de corto plazo se han prácticamente evaporado. Además, las continuas demandas de aumento y mejora de los servicios públicos en los países en desarrollo incrementan las serias dificultades existentes a mediano plazo.
Si el ajuste fiscal está a la orden del día en casi todo el mundo, los países, más que nunca, deben asegurarse de tributar de la forma más eficiente, justa y eficaz posible. La segunda parte del Monitor Fiscal examina en detalle la forma de hacerlo, y ese será el tema de otro blog en unos días.