Los sistemas bancarios de varios países de América Latina se han caracterizado por elevados niveles de dolarización.
La dolarización financiera—fenómeno en el que una gran parte del crédito bancario y de los depósitos de residentes se realizan en moneda extranjera (mayormente el dólar americano)—es consecuencia generalmente de graves crisis económicas y episodios de fuerte inflación que debilitan la confianza en la moneda local. En general, los elevados niveles de dolarización financiera han persistido aún después de prolongados períodos de estabilidad económica y bajos niveles de inflación.
La dolarización es fuente de preocupación pues contribuye a la vulnerabilidad financiera. Los sistemas bancarios en economías altamente dolarizadas son muy sensibles a las fluctuaciones cambiarias ya que los bancos otorgan créditos en moneda extranjera mientras los ingresos de los residentes son mayormente en moneda local. Además del mayor riesgo crediticio, la dolarización aumenta el riesgo de liquidez—común a todo sistema financiero consecuencia del descalce de vencimientos entre activos y pasivos—debido a que el banco central del país no emite moneda extranjera.
Durante la década del 2000, Bolivia, Paraguay, Perú, y en menor medida Uruguay han logrado reducir la dolarización financiera de forma gradual y sostenida. En promedio, los depósitos en moneda extranjera como proporción de los depósitos totales en estos cuatro países disminuyeron unos 27 puntos porcentuales durante el período 2001–2010, con reducciones similares (26 puntos porcentuales) en el caso del crédito bancario (ver la figura).
El proceso de desdolarización se observa en todos los tipos de depósitos y crédito. A pesar de la diferencia en los niveles de dolarización según la madurez de los depósitos (siendo mayor para los depósitos de más largo plazo), la dolarización se ha reducido para todos los tipos de depósitos. Algo similar ocurre en el caso del crédito. La dolarización ha disminuido para todas las categorías de crédito, aunque sigue siendo mayor para los créditos de más largo plazo, como son las hipotecas y los créditos comerciales.
¿Qué factores explican la desdolarización?
Nuestro reciente trabajo analiza empíricamente los determinantes de la desdolarización de depósitos y crédito observada en Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay. Las principales conclusiones de este trabajo son las siguientes:
- Las causas que explican la dolarización de los depósitos son diferentes de aquellas que explican la dolarización del crédito.
- La apreciación cambiaria ha fomentado la desdolarización de los depósitos en estos países.
- La introducción de medidas prudenciales en el sistema financiero, que favorecen una adecuada percepción del riesgo cambiario por parte de los bancos ha contribuido a la reducción de la dolarización del crédito. Entre estas medidas prudenciales figuran el manejo del diferencial de encaje requerido para depósitos en moneda extranjera y en moneda local, el aumento de las provisiones para los créditos en moneda extranjera, y la introducción de límites más estrictos para las posiciones abiertas de los bancos en moneda extranjera.
- El desarrollo del mercado de capitales en moneda local (que permitió alargar las curvas de rendimiento domésticas y crear un parámetro de referencia para la deuda de largo plazo en moneda local) ha favorecido la desdolarización del crédito.
- La desdolarización de los depósitos también ha contribuido a la desdolarización del crédito ya que los bancos deben evitar el descalce en monedas en sus hojas de balance.
- Por último, cambios marginales en variables macroeconómicas—tales como las tasas de inflación—cuando se ha alcanzado una estabilidad y fundamentos macroeconómicos relativamente sólidos (que son precondición necesaria para la desdolarización financiera) no tienen mayor impacto en la desdolarización.
¿Qué queda por hacer?
La desdolarización es un proceso gradual y largo dada la alta persistencia del fenómeno de dolarización financiera. Los procesos de desdolarización financiera observados en los últimos años en Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay han sido notables, pero los niveles de dolarización continúan siendo relativamente elevados. Por lo tanto, los esfuerzos para alentar el uso de la moneda local en el sistema financiero deben continuar. En concreto, es importante (i) mantener la estabilidad macroeconómica y seguir combinando ésta con (ii) medidas prudenciales (como el manejo activo del diferencial de encajes por monedas) que permitan a los agentes económicos internalizar los riesgos cambiarios y (iii) un mayor desarrollo del mercado de capitales en moneda local para facilitar la concesión de préstamos a largo plazo en dicha moneda.