BoletÃn del FMI : Las autoridades ante una oportunidad histórica para combatir el cambio climático
10 de octubre de 2015
- La fuerte caída de los precios de la energía presenta una oportunidad para las iniciativas sobre el clima
- Los ingresos generados por las nuevas medidas sobre el clima deben usarse con prudencia
- La cooperación internacional es crucial, pero los países avanzan diferentes ritmos
Los gobiernos deben aprovechar la oportunidad que brinda el bajo nivel de precios del petróleo para avanzar en la lucha contra el cambio climático, fijando un precio para las emisiones de carbón y eliminando los subsidios a la energía, dijeron los panelistas en el seminario.
REUNIONES ANUALES DEL FMI Y EL BANCO MUNDIAL
El mundo está en una coyuntura crítica en la lucha contra el cambio climático, señalaron los principales expertos sobre cambio climático y los representantes de organizaciones internacionales en un seminario celebrado durante la Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial en Lima, Perú.
Los pecios de la energía extraída de combustibles fósiles han caído 50% en un poco más de un año, y eso brinda a las autoridades una oportunidad para adoptar medidas que desincentiven el consumo de energía y que generen ingresos que puedan usarse para reducir impuestos más perjudiciales y ayudar a financiar los esfuerzos que realizan los países para mitigar los efectos del cambio climático.
“La energía de combustibles fósiles es barata, así que este es el momento preciso para introducir un impuesto al carbono y eliminar los subsidios a la energía”, declaró antes los asistentes la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde.
El seminario, dividido en dos partes, la primera un diálogo sobre el cambio climático y la segunda un debate sobre cómo calcular el precio justo de la energía, se llevó a cabo en un momento en que los representantes de los diferentes países se preparan para reunirse en París en diciembre de 2015 para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP21. En esa cumbre se procurará consolidar los avances logrados en la reunión de 2009 celebrada en Copenhague.
Desafío y oportunidad
Al abrir el seminario, el moderador Martin Wolf, de The Financial Times, señaló que la comunidad internacional aún está lejos alcanzar su objetivo de limitar las emisiones de carbono para que el calentamiento mundial futuro no supere los 2 grados centígrados.
Pese a que se he reconocido ampliamente la necesidad de tomar medidas con respecto al cambio climático, los países desarrollados han “fracasado por completo” a la hora de responder al desafío y la oportunidad brindada por el bajo nivel de precios de la energía, aseveró Wolf.
Los países deben procurar fijar un precio del carbono igual al costo de la “externalidad”, es decir, igual al daño que está infligiendo el cambio climático, señaló Martin Parkinson de la Universidad de Princeton. “Este es un buen momento para hacerlo porque los precios de la energía están disminuyendo”, dijo. Fijar un precio a las emisiones de carbono —ya sea mediante un impuesto al carbono o a través de un sistema de comercio de emisiones— tiende elevar el precio de la energía y de otros bienes y servicios, explicó, y por eso, si esto se hace ahora que los precios del petróleo son bajos, a los consumidores les resultará más fácil aceptarlo.
Mary Polak, Ministra de Medio Ambiente de la provincia canadiense de Columbia Británica, relató la experiencia de su gobierno con la introducción de un impuesto al carbono, y mencionó que su gobierno había emprendido el proceso de tarificación de las emisiones de carbono con más firmeza que cualquier otro gobierno de América del Norte. El gobierno de su provincia introdujo con éxito un impuesto al carbono de efecto neutro en los ingresos en 2008, con un nivel inicial de US$10 por tonelada y posteriores aumentos graduales. Como resultado, dijo, Columbia Británica redujo su consumo de todos los tipos de combustible un 16%, mientras que en el resto de Canadá aumentó un 3%. “Además, nuestra economía creció más rápido que la del resto de Canadá”, afirmó Polak.
Pero nadie debe caer en la ilusión de que la tarificación del carbono es una propuesta fácil desde el punto de vista político, advirtieron los panelistas. La clave, indicó Parkinson, está en crear conciencia acerca del cambio climático y no dejar de recordar a la gente por qué son necesarios el impuesto al carbono y otras medidas similares.
“El problema no es culpa nuestra”
En los países en desarrollo, el acceso a la energía es una cuestión de vida o muerte, y por eso las medidas de cambio climático son percibidas de una manera completamente distinta. En India, por ejemplo, alrededor de un 40% de la población no tiene acceso a la electricidad. “La gente pobre merece tener acceso a la energía, y tenemos que encontrar formas de ofrecérsela a un costo más bajo,” dijo el Presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim.
Pero “la idea de que cada uno tiene que hacer algo con respecto al cambio climático es difícil de transmitir”, señaló Arvind Subramanian, Asesor Económico Principal del Gobierno de India. “Y se debe también a que está muy arraigada la idea de que el problema no es culpa nuestra”.
Esta cuestión de igualdad —la distribución de los costos de adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos— es una de los temas de más relevancia en el camino hacia la conferencia en París, y así se destacó en el seminario.
“Los 20 países que más emiten son responsables de aproximadamente 90% de las emisiones mundiales”, señaló el Subdirector Gerente del FMI, Min Zhu, y explicó que en este grupo están no solo economías avanzadas sino también economías en desarrollo. Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, resumió la inquietud de muchos de manera más directa: “Hay un subconjunto de países que son los causantes históricos de este fenómeno, y que por lo tanto tiene la responsabilidad moral de ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al impacto negativo del cambo climático”.
El tiempo es factor clave
Dado que los países están en diferentes etapas de la curva de desarrollo, a la comunidad internacional le está resultando difícil acordar un plan coherente para financiar los esfuerzos de mitigación actuales y futuros. Las economías avanzadas se han comprometido a canalizar US$100.000 millones anuales al mundo en desarrollo para este fin a partir de 2020, pero aún queda mucho por hacer para crear un sistema para el financiamiento de cuestiones climáticas.
En el seminario, los panelistas coincidieron en que la ruta hacia la reducción de las emisiones debe ser particular para cada país, adaptada a las circunstancias específicas. Pero Wolf planteó la pregunta de si “vamos a terminar con un mosaico absurdo de políticas fundamentalmente diferentes, en el que a cada parte le preocupa que su vecino no está contribuyendo lo que le corresponde”. El problema del “oportunismo”, en el que los países esperan que otros tomen medidas de mitigación, es una de las dificultades que será necesario abordar para que la COP21 pueda formular un sistema coherente de políticas a escala mundial.
Otro tema (más positivo) que los países tendrán que abordar es cómo utilizar los ingresos derivados de los sistemas de tarificación de las emisiones de carbono. Al igual que con los ingresos derivados de la reforma de los subsidios a la energía, es importante usar los beneficios de forma prudente, ya sea para impulsar transformaciones infraestructurales, promover el cambio tecnológico o compartir los avances necesarios para asegurar el acceso a la energía para los habitantes del mundo en desarrollo, declaró Parkinson. La clave estará en aprovechar las oportunidades para generar ingresos que vayan en pro del bienestar, ingresos que puedan usarse para alcanzar metas vitales en materia de desarrollo sostenible.
El tiempo es factor clave, advirtió Nicholas Stern de la London School of Economics. Los panelistas estuvieron de acuerdo en que el mundo no puede darse el lujo de esperar hasta que surja el sistema mundial ideal. Más bien, subrayó el moderador Wolf, la comunidad internacional debe procurar forjar un acuerdo en torno a “objetivos comunes que se logren de una manera razonablemente justa”.