Comunicado de Prensa: Según el FMI, 50 países continúan golpeados por el encarecimiento de los alimentos y los combustibles

24 de septiembre de 2008

Comunicado de Prensa No. 08/219

Alrededor de 50 países en desarrollo seguirán en situación de riesgo durante 2009 como consecuencia del encarecimiento de los alimentos y los combustibles, según una nueva evaluación del Fondo Monetario Internacional (FMI). Dominique Strauss-Kahn, Director Gerente de la institución, señaló que mientras la comunidad internacional tiene la atención puesta en la crisis financiera que están viviendo las economías avanzadas, "es importante no perder de vista la 'otra crisis', el impacto constante y debilitante que tiene en algunos de los países más pobres la carestía de los alimentos y los combustibles".

"Aunque los precios de los alimentos y los combustibles disminuyeron un poco en los últimos meses, se mantienen muy por encima de los niveles que existían cuando comenzó la escalada reciente", puntualizó Strauss-Kahn. "Lo que esto significa para una gran cantidad de países, sobre todo de África, es un shock considerable". Strauss-Kahn alentó a una "acción más decisiva" por parte de la comunidad internacional para ampliar la ayuda a los países vulnerables.

Según la evaluación actualizada del FMI, el impacto del encarecimiento de los alimentos y los combustibles en los países en desarrollo, lejos de disminuir, sigue agudizándose desde el último informe, publicado en junio. Para mediados de septiembre los precios del petróleo habían retrocedido alrededor de 40% respecto de los máximos de mediados de julio, pero aun así estaban al doble de los niveles de fines de 2006. Los precios de los alimentos también bajaron 8% respecto de los máximos de junio, pero se mantienen por encima de los niveles de fines de 2006.

Por lo tanto, el FMI proyecta que para los países de bajo ingreso que son importadores netos de combustibles, el gasto correspondiente aumentará el equivalente a 3,2% del PIB, o sea US$60.000 millones. Para los 43 países que son importadores netos de alimentos, el gasto en alimentación subirá el equivalente a 0,8% del PIB, es decir, US$7.200 millones.

"Desde el punto de vista macroeconómico, los efectos se observan en el deterioro de la balanza de pagos y los presupuestos nacionales, y en la aceleración de la inflación", explicó Strauss-Kahn. La tasa de inflación promedio de los países de bajo ingreso subió casi 3 puntos porcentuales el segundo trimestre de 2008 y se prevé que supere el 13% para fin de año. "Como todos sabemos, la inflación perjudica a todo el mundo, pero sobre todo a los pobres".

También continúan agravándose los costos de la respuesta de la política fiscal frente a esta crisis. La reacción más común de los países fue recortar los impuestos y los aranceles, ampliar los subsidios universales, expandir los programas de transferencia y subir los sueldos del sector público. La nueva evaluación del FMI prevé que en 24 países el costo fiscal combinado de los crecientes subsidios para alimentos y combustibles superará el 2% del PIB. El informe también indica que, juzgados según el criterio de que lleguen a manos de quienes más los necesitan, estos subsidios casi siempre están mal focalizados.

Llamado a la acción

"Frente a estas estadísticas nefastas, el mundo tiene que poner más empeño. Debemos mancomunarnos a nivel nacional e internacional para hacer frente a presiones inflacionarias y presupuestarias excesivas, y al mismo tiempo ayudar a los pobres", afirmó Strauss-Kahn.

El estudio del FMI menciona dos prioridades para los países afectados. Primero, controlar la inflación, lo cual requiere instituir una política monetaria firme -más restrictiva, de ser necesario- y evitar un aumento insostenible de los salarios. Segundo, focalizar mejor las redes de protección social para resguardar a los pobres mediante un gasto más eficaz.

Strauss-Kahn también lanzó un llamado a los donantes. "El apoyo externo, preferiblemente en forma de donaciones en el caso de los países de bajo ingreso, continúa siendo vital para aliviar la carga del ajuste y limitar los efectos en el ingreso real y la pobreza".

En colaboración con otras organizaciones internacionales, el FMI amplió la asistencia a 15 países afectados por un total de US$264 millones hasta el momento. El 23 de septiembre organizó una reunión en Washington con el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para analizar cómo coordinar mejor sus respectivos programas de trabajo y ayudar a los países miembros a enfrentar los retos que plantea la carestía de los alimentos y los combustibles. Asimismo, la semana pasada el Directorio Ejecutivo del FMI aprobó la reforma de una línea de crédito -el Servicio para Shocks Exógenos- a fin de facilitar y agilizar el respaldo financiero a los países damnificados.




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